Cada día en tu mirada
me embriago de amor.
A veces llego hasta tí,
borracho de suspiros,
me recibes con tus labios
y tus brazos abiertos.
Penetro en tus pupilas
fundiendome en tu cuerpo,
amandote,
abrazandote,
sintiendote en mí,
como mi alma siente la vida.
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