Recordar la muerte de Lorca siempre me ha producido rabia e impotencia. ¡Cuánto hubiera escrito si no lo hubieran matado! Federico era un genio literario y hubiera llevado la literatura en lengua castellana mucho más alto de donde se encuentra. A Lorca ya lo descubrí en la escuela con sus romances populares y desde entonces permanece unido a mi alma. La idea de escribir sobre la muerte de Lorca surgió en 1980, al salir de una representación de su teatro de cachiporras: El retablillo de Don Cristóbal, en la Universidad de Granada. En febrero de 1981 escribí una modesta obra de teatro sobre el tema, que publiqué en el año 2010 con el pomposo título de: Granada, 1936: La leyenda de una muerte. También ideé escribir una novela, pero no lo hice hasta 2012, y que he actualizado en 2020 para publicarla en Amazon. Se trata de una obra de ficción en la que se cuenta los últimos días de Federico en Madrid y su viaje a Granada, donde encontraría la muerte. Como documentación he utilizado diversos libros de autores que han investigado como sucedió la muerte del poeta y sus diversas teorías, y, naturalmente, la multitud de páginas de Internet que nos habla de Federico García Lorca, algunas con errores e inexactitudes. Entre los autores consultados:
Ian Gibson: Granada en 1936 y el asesinato de García Lorca. Editorial Grijalbo. 1979.
Gabriel Pozo: Lorca, el último paseo. Editorial Almed. 2009.
Eduardo Molina Fajardo: Los últimos días de García Lorca. Editorial Almuzara. 2011.
Miguel Caballero Pérez: Las trece últimas horas en la vida de García Lorca. Editorial La Esfera de los Libros. 2011
Roquetas de Mar, diciembre de 2020
Primer año de la pandemia de la COVID 19
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